jueves, 15 de septiembre de 2011

La hora cero de Neo…

Ella, como tantos desahuciados, alucinó por mucho tiempo
pasó por la vida lejana de si misma
la oscuridad llegó antes de que ella pudiera abrir los ojos
y murió de silencio, a la hora cero pensando que Neo sería eterno
en el valle estalló un florecimiento de verdores
¿conoces el olvido Neo?

es la hora cero…treinta y un misiva quedaron infectadas bajo el séptimo sello

Trigésima Primera MISIVA PARA NEO

En esta sombra tierna
gracias por estar muy cerca Neo
con tu labio sol
y el abrazo niño-pájaro-hombre
ante la mirada de todas las horas
y un puño de treinta y un misivas escritas al fuego
este es el momento exacto
olvida el silencio
y ríe
con mis risas ríe
partí mi cuerpo
para que no me amaras
esparcí mi frente, las naves olvidadas
y mis senos también
si al viento le parece poco
cuidará de ellos hasta la siguiente estación del año
nada es como parece
pensé que morías tú
mas llueve
llueve sobre un cuerpo rígido, blanco,
que se asemeja al mío
y aquellas palomas parecen mis manos
los muslos inmóviles
quieto el cabello
la boca sellada
aunque tirita en mis labios una sonrisa helada
soy yo Neo
te amé, enfermé de amor, y no hubo cura alguna
hicieron falta remedios
brebajes milagrosos
esos que lo curan todo
¡breve es el silencio de los pájaros!



es la hora trigésima primera…y estoy muerta…