jueves, 29 de enero de 2009



LA POBRE MUÑECA FEA

Había olvidado esa tristeza de muñeca fea
convertida en maniquí
escéptica habita una vidriera encantada
lleva rasgado el vestido
medias raídas como banderas que esgrimen su pobre existencia
curiosa
la gente le mira detrás del cristal luminoso
buscan el precio en sus costados
bajo la desteñida manga
o entre los hilos carcomidos de una diadema
ahogada la voz entre polvo y moho
entreabre los labios en frágil intento por decir algo
tal vez
el precio se le ha quedado enredado en el matorral del sendero hostil por el que transitaba
ellos
ni se dan cuenta
hay ojos que poco ven
hay piedras que poco aman
¡Pobre muñeca fea!