domingo, 25 de abril de 2010

Blue Exótica de Mindy Moore

Decimoctava MISIVA PARA NEO

has dejado un ritmo de silencios en el cuerpo…



Estoy azul de amor
levantada entre vergeles y azucenas
y el vino estremecido con la caída del deseo
en penumbra
ríe y arde
estoy otra vez como dos mares
con la forma de la ola y el relámpago
y ahora soy como los barcos antiguos
y las nubes distantes
Neo…

era la hora decimoctava…


martes, 20 de abril de 2010


Decimoséptima MISIVA PARA NEO

dada tu mirada y la claridad que abre en mí… L. Janvier


Estos ojos con que te acaricio son tan humanos
tan hondos
y en este espacio
fue tuya la luz
y míos los escombros
¿dije que los ojos naufragan?


era la hora decimoséptima…


domingo, 18 de abril de 2010


Decimosexta MISIVA PARA NEO

Cualquier día de estos Neo callarán mis utopías
hoy no
hoy saldrán en legiones
alegres y perversas
es el fin del milenio
¿quién las verá caminar por la ciudad, quién, si todos están ciegos?

era la hora decimosexta …


lunes, 12 de abril de 2010

Decimoquinta MISIVA PARA NEO

Cuando te fundaron Neo
hubo un rumor ardiente de verano en el campo
aparecieron las primeras luces y las libélulas
alguien dijo – ¡es absurdo!¡habrá caos y silencio!
ahora, ya está tu risa dispersa en el viento
a tu paso
las rosas siguen inventando el fuego
y se abren y vuelven a cerrarse tras nosotros
¡Neo, Neo!
¡pensar que pudimos no habernos conocido!

era la hora decimoquinta…

domingo, 4 de abril de 2010


Miguel Vidal Fotografía


Decimocuarta MISIVA PARA NEO

Antes de abrirme al sueño
con la risa quebrada de dulzura y la eternidad royéndome el cabello
entre serpientes y ave fénix
desnuda y vertical
indecible
¡te quiero!

¡Qué hermoso es entregarse a la noche NEO!
era la hora decimocuarta ...

jueves, 1 de abril de 2010


Decimotercer MISIVA PARA NEO

                                   la zozobra del tiempo...

Árbol maduro de magnolias
¡cuánto cuesta abandonarte!
¡cuánto cuesta esconderse de tu fiel memoria!
en ti me he silenciado
en ti reposo inerme como rosa desmayada
entonces mis manos conocían el norte y el sur
sabían de donde procedía el viento
iluminaban los ángulos de tu cuerpo con caricias y a silencios
y te arrojaban sobre los caminos
que van desde los huertos a tu boca
no sé que sol se mece entre tus ramas
pero persistes en la tierra como coloso envuelto en llamas

era la hora decimotercera…