Yo me enveneno con un recuerdo el tuyo discreto aroma de gardenias
EL HUESPED
Un día asomó a mi puerta yo le recibí hicimos un arreglo mas el amor era un huésped y una tarde al fin y al cabo ardiente rebelde se vió como prisionero se desolló manos y uñas abriendo los cerrojos de mis cinco dedos yo le miraba avara de ternura silenciosa de miedos mientras un dolor amarillento –siempre iba hincando agujas en mi cuerpo vi que hizo maletas guardó todos los recuerdos y cuando limpié aquella habitación no encontré ningún rastro de sus besos ¿cómo decirlo amor...? no supe en qué momento te me rompiste en sueños