domingo, 2 de enero de 2011
Vigésima cuarta MISIVA PARA NEO
Te extravié y te sude querido Neo,
llore tu nombre y tus hazañas
reí tus besos
y aunque eras el único pasajero de mi ausencia
siempre supe que seguías del lado herido de mi coraza rebelde
¿qué quedo en tus ojos aquella noche después de mirarme?
una piel desnuda, azul, mancillada por la memoria
un corpiño inocente
un despertar hecho de libélulas
mis manos incapaces de lavar la sangre que corría por tus sueños
el verano sigue, amor, y llueve
era la hora vigésima cuarta…
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