Decimonovena MISIVA PARA NEO
Hubo cuerpos dadivosos. Lámparas encendidas. Aquel vago delirio de abrazos desgajados.
y tú de pie, levantado, esperando el signo de guerra
con un ojo que atrapa el rubicundo fragor
y un revólver en la mano
y un revólver en la mano
tú no sabes cómo es luchar sin ti, yo si
lo supe siempre
y estoy desarmada
era la hora decimonovena…